jueves, 8 de enero de 2009

Melchor, Gaspar y el Negro Basaltar

Queridos Reyes:
Este año me he portado bien. Pude salir a flote (no sin haber perdido el timón previamente) de la marea cotidiana. Creo haber hecho bien las cosas, haber aprendido un poco más cada día, y haber intentado al menos, hacer feliz a la mayor cantidad de gente que pasó cerca mío. Por esto, y considerando que hace ya muchos años dejé de pedirles pasaran por casa con un regalito, es que les escribo y solicito:

Que me devuelvan el olor al pan con chicharrón.
Que la vida no pase tan de prisa.
Que el padre palestino que sale en la foto del diario con su hijito muerto en brazos pueda volver a vivir en paz.
Que el tomate vuelva a tener gusto a tomate.
Que Marylin Monroe me cante el cumpleaños feliz.
Que Central salga campeón.
Que mi vieja pueda darle un beso en la nariz a Gerard Depardieu.
Que las ametralladoras de Gaza estén llenas de telgopor.
Que el “Palito” Cerutti no vaya en ese auto.
Que todos los hijos de puta (ellos saben quienes son), dejen de serlo.
Que alguien ayude a Laura Ingalls.

Tengo más, pero supongo vuestro viaje es largo y no pueden cargar con tanto peso.

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